Existe un amplio acuerdo sobre el valor de la cultura y sus productos en el mundo contemporáneo. Desde la publicación de la Agenda 21, ha quedado claro que una realidad cultural fuerte y poderosa puede convertirse en una herramienta eficaz para enfrentar los desequilibrios sociales que encontramos en nuestras sociedades. Más que nunca el papel del gestor y promotor cultural se ha hecho necesario. Su profesionalización y labor como agente de cambio, se ha vuelto de suma importancia. Se le ha pedido planear y desarrollar estrategias, tener visión, idear y realizar proyectos, promover innovaciones, ser autónomo y responsable, y poder dialogar con sus pares, con el Estado y con aquellos a quienes atiende. Este libro nos ofrece un panorama de la amplia gama de emprendimientos y encomiendas culturales que existen en este momento en México y que son realizadas por el Estado, o son mixtas o provienen de la sociedad civil. En ellas, podemos observar la manera en que esta profesión incide en la realidad compleja del siglo xxi. El corolario de estos trabajos tiene que ver con la formación de públicos, pues ocurre como resultado de realizar actividades culturales. Los invitamos a enriquecerse a través de la lectura de este texto, donde una serie de emprendedores al compartir sus experiencias nos ofrecen también una fina y aguda mirada sobre la realidad que nos circunda.