Este libro parte de una premisa básica: La cultura es el sentido último del desarrollo. Este es uno de los ejes que recorre el libro. En él se consideran claves, las políticas culturales en un mundo en donde las identidades cobran cada vez más protagonismo. Se asume que toda acción de desarrollo que no las considere está condenada al fracaso. Olmos explora las políticas culturales y la gestión, al proponer una idea de política cultural, y hacer hincapié en la construcción del poder, para lograr peso dentro de las políticas públicas; por ello, en el marco de la relación de cultura con otras políticas, analiza la vinculación entre economía y cultura; las industrias culturales; el turismo; y la educación. Además, plantea algunas claves para diseñar políticas culturales que acentúan los aspectos esenciales que se desarrollan en todo el libro.