Durante las recientes dos décadas, la globalización y el desdibujamiento del espacio público introdujeron múltiples cambios en el escenario cultural mexicano y latinoamericano, planteando nuevas interrogantes al modelo de política cultural basado en la presencia del Estado en la cultura. La disminución de los presupuestos para la cultura y la aparición de nuevos agentes sociales en el terreno cultural, tanto de la sociedad civil como de la iniciativa privada, plantean nuevos retos de sostenibilidad en la gestión de la cultura y del patrimonio. El impacto de la revolución tecnológica y el déficit histórico en la educación artística, enfrentan a los gestores culturales a profundas transformaciones en los hábitos de percepción y las prácticas culturales de millones de mexicanos, abriendo un serio reto para la formación y el desarrollo de públicos; un nuevo debate en torno a las industrias culturales. El libro revisa la reflexión que la autora ha desarrollado en torno a nuevos escenarios para las políticas culturales a lo largo de estos años, a partir de textos que se reúnen por primera vez para compartir, con promotores y gestores culturales de México y otros países, diversos horizontes abiertos en estos tiempos en que las políticas y las estrategias de gestión de la cultura viven momentos de una prolongada transición.